TENGO UNA HISTORIA QUE CONTAR: LA TRANSICION
Mi madre
tiene ahora 52 años, nació en Salamanca
en el día 19 de Mayo de 1960 y toda su familia emigró a Canarias cuando
ella tenía 12 años, es decir en 1972, época en la que tenía un auge importante
el movimiento independentista MPAIAC, cuyo dirigente fue el reciente fallecido
Antonio Cubillo.
Sus
primeros dos años los vivió en el pueblo donde nació, Santa Marta del Tormes,
hasta que una riada desplazó por primera vez a su familia a la capital no
regresando después al pueblo, ante la falta de expectativas laborales y
recursos.
Ahora que el principal problema de
nuestro tiempo es la economía ¿Cómo se comportaba ésta en aquella época?
Existía
muchísima pobreza y paro. Yo hasta los 7 u 8 años
vi muy poco a mi padre, porque como éramos ocho hermanos tuvo que emigrar a Francia y a Alemania para traer dinero a España ya que había un
gran índice de paro. La emigración se daba tanto hacia el extranjero, como de
forma interna, entre regiones. De hecho
nosotros nos habíamos ido del Pueblo a
la Capital, y después nos vinimos a Canarias, porque le ofrecieron trabajo a mi
padre.
España,
en aquellos tiempos, era un país rural y poco industrializado, con un alto
porcentaje de analfabetización.
Fui
oyendo hablar de los bienes de consumo poco a poco, a principios de los 70. La tele era un lujo que se compraba a plazos y en
blanco y negro. Pocos tenían coche. El más famoso el seat 600 , de reducidas dimensiones que algún
vecino lucía con orgullo. Nosotros no teníamos coche, por supuesto, pero si
pudimos tener televisión cuando yo tenía
unos seis o siete años. Nos encantaba ver en familia el concurso de "Un
dos tres, responda otra vez" y el festival de Eurovisión. Esperábamos
ansiosos que el reloj de la "carta de ajuste" desapareciera de la
pantalla, para poder ver algún programa y dejar de oír el pitido estridente que
emitía.
¿Era fácil el acceso a la cultura y enseñanza?
Yo fui
escolarizada a los cinco años, en un
Colegio de monjas y tres de mis hermanas ya lo estaban antes en la misma
escuela. La enseñanza religiosa era
habitual, porque estábamos en un estado confesional. Que yo sepa todos mis hermanos estudiaron, aunque es cierto que solo cinco de ellos
realizaron estudios universitarios. Mi único hermano (las demás son chicas)
también estudió en un colegio de curas. De las más mayores, que finalmente no
siguieron estudiando, recuerdo que
hicieron los cursos de la Sección Femenina, y abandonaron los estudios poniéndose a trabajar en una fábrica de bolsos
(excepto la de más edad, que contó excepcionalmente con la ayuda de mi tía soltera, que la crió y cubría por tanto todas sus necesidades , llegando
después a hacer estudios universitarios).
La religión era una asignatura importante,
y además a través de las asociaciones juveniles se fomentaban los principios
del Movimiento. De hecho cuando entrábamos en clase nos hacían rezar y
pararnos, donde estuviéramos , si llegábamos algo tarde, para escuchar el himno
nacional al entrar a clase. Nos ponían
en fila, y no recuerdo bien, pero creo que teníamos que levantar la mano y
estar muy quietecitos mientras oíamos el
himno . Después, dentro de la clase rezábamos todos los días (creo que dos
veces, una al entrar y otra al salir).
Las monjas nos revisaban diariamente la
ropa e higiene e imponían una disciplina estricta que yo en más de una
ocasión transgredí, por lo que era habitual verme fuera de la clase castigada.
En eso me secundaba una de mis hermanas, que también era algo rebelde.
El buen comportamiento
y sometimiento a las estrictas normas era muy valorado. De hecho aún recuerdo con
orgullo y algo de envidia como una de mis hermanas obtenía por su carácter
dócil, aplicado y disciplinado la banda azul que se colocaba a la alumna o
alumnas modelo.
La educación era diferente para la mujer que para el hombre ya que
a este último se le adjudicaba la tarea
productiva, y a la mujer, básicamente, la reproductiva. Se le concedía menor
importancia a la formación de la hija que a la del hijo y todo porque se
pensaba que su destino era casarse. Por eso, parte de nuestra formación en el
colegio consistía en labores del hogar.
Pese
a ello yo accedí al Instituto, con algo de retraso, dados los cambios de ciudad
y la pérdida por ello de un curso, y después en el año 79 a la Universidad para
hacer la carrera de Derecho.
¿Cómo eran las prestaciones sociales
en aquella época?
Había sanidad pública, pero con coberturas básicas.
Había vacunas obligatorias que se controlaban a través del colegio . Una de las
operaciones más habitual era la de amígdalas
que era muy bien recibida por los niños,
porque después comíamos helado.
Existían ayudas por familia numerosa
(los puntos que se llamaban) y premios a la natalidad . Eran subsidios familiares.
Los
libros se pagaban, pero pasaban de un hermano a otro, como la ropa. Nosotros
siempre estudiamos con beca. En los colegios, se repartía diariamente leche en
polvo para alimentar a los alumnos durante el recreo.
¿Cuál era el papel de la mujer?
En mi
familia, que era de carácter
tradicional, dominaban los valores de autoridad patriarcal, si bien, como mi padre se hallaba fuera en los
primeros años , la figura de mi
madre era la base de nuestra vida. Pero eso no era lo normal. Pese a no haber accedido a cultura alguna, yo fui a la escuela sabiendo leer y escribir,
aunque probablemente tuvieron mucho que ver en eso mis hermanas, que eran
mayores que yo. De todos modos mi madre
dio siempre mucha importancia a la cultura, y nos compraba enciclopedias a
plazos aunque éramos muy pobres.
Como
ya dije antes mi padre estuvo fuera muchos años, por lo que mi madre tuvo que
hacer las veces de padre y madre en muchas ocasiones y tomar las decisiones
importantes. De ahí que en los primeros años yo no notara el sometimiento de mi
madre a mi padre, como mujer, de lo que solo me daría cuenta años más tarde, cuando efectivamente mi padre tomó las
riendas de nuestras vidas, y se comportaba como cualquier padre en aquella
época, es decir, imponiendo la jerarquía y el sometimiento de la mujer al
hombre. El mismo rol tomaba mi hermano,
al que las demás hermanas respetábamos, y admirábamos.
La patria potestad que ejercía el padre sobre
las hijas menores de veinticinco años
suponía que se les prohibía abandonar el hogar sin permiso de sus progenitores de no ser para casarse.
No
obstante, con el acceso a la cultura estos valores empezarán a cambiar.
Aún
así había profesiones a las que no
podían acceder. Por ejemplo hasta
los años 70 la mujer no podía ser juez. La
Profesión mejor valorada, de haber seguido estudios la mujer, era la de
magisterio o enfermera. De esto estuve yo muy pendiente porque ya de pequeña
quería ser abogada, y jugaba a ello con mis muñecas.
¿Qué tipo de juegos se usaban?
Jugábamos al aire libre
en parques o en la calle donde
estaba situada nuestra casa. Como donde yo vivía de pequeña nevaba, el juego
por excelencia era la nieve. A veces no
podíamos ir a clase porque la nieve llegaba a dos metros de altura.
También
hacíamos un círculo en la tierra mojada, y con un clavo lo dividíamos en
secciones, hasta lograr quitarle a quien jugaba contigo el trozo que le
correspondiera.
Jugábamos también al pati , a la goma y a la comba. Los
niños de mi barrio vendíamos además limonada en
un "bar improvisado" hecho con una gran caja de cartón que poníamos
en la calle, y nos ganábamos así unas monedas.
Hablas de que viniste a los doce años a Canarias, y que estaba en
auge el movimiento independentista ¿puedes hablarme de como lo viviste?.
A parte del desarraigo que suponía haber dejado a los amigos y a una
familia muy extensa en la Península, cuando llegamos a Tenerife, tanto en el
Colegio como en el entorno social nos hacían sentir discriminados, por ser
peninsulares. Nos llamaban godos, y llegamos a sentir personalmente el
rechazo en muchas ocasiones. Además , como vivíamos enfrente de la policía
de la Laguna, fuimos testigos de varios
atentados y amenazas de bomba. Una de ellas estalló en una sucursal de un
Banco, muy cercano a nuestra casa.
Al entrar en la Universidad, la
discriminación ya no era solo por ser goda, sino además por ser mujer. Los
compañeros de la facultad no veían aún con buenos ojos que una mujer quisiera
estudiar Derecho. Solo eran unos pocos, pero aún se notaba la formación que
habían recibido de sus padres.
¿Cómo se veía la Homosexualidad en aquellos tiempos ?
Estaba
prohibida la homosexualidad o bisexualidad. Era por tanto difícil que nadie
"saliera del armario". Por ello no se hablaba mucho del tema.
¿Háblame sobre el divorcio? .
No había. Si te casabas era para toda la vida. Si
había separación que debía de aceptarla la Iglesia por motivos muy especiales.
En el año 81 se dictó una ley que permitía el divorcio, pero para que lo
concedieran había que justificar causas muy especiales.
¿Cómo se ejercía la libertad de
expresión?
No había libertad de expresión. Los
medios de comunicación (radio y dos cadenas de televisión la 1 y la 2) estaban
controlados . Eran habituales los discursos de Franco. Los periódicos también
sufrían la manipulación política.
Había censura y las películas de sexo se
iban a ve fuera ("Más allá de los Pirineos" como se decía) . Al
principio poca gente tenía TV. Existía
lo que se llamaban los rombos. Si
aparecían los dos rombos blancos en el
margen derecho de la tele los niños sabíamos que teníamos que irnos a
la cama. De todos modos nos lo recordaba
de noche la familia Telerín, con
Cleo al frente que se llevaba a todos sus hermanos a dormir.
Dices que te gustaba jugar a que ibas a ser abogada. ¿ Me puedes
hablar de algunas leyes que llamaran la atención en aquella época, respecto a las
que hay hoy en día? .
Yo
entré en la Universidad en el año 79 y me llamaban la atención cosas como el parricidio por honor, o que estuviera penado el adulterio. Se llegaba a los
extremos de que el marido que encontrara a su
esposa con otro hombre podía matarla y se consideraba un acto de legítima
defensa para su honor. Sin
embargo si era ella la que lo encontraba a él solo se le desterraba. Alguna
vecina tuvo algún problema con este tema, aunque no recuerdo bien como fue.
Otra ley que nos sorprendería
mucho ahora era la exigencia de la autorización marital para el ejercicio de los derechos
laborales que se mantuvo vigente hasta la Ley de Relaciones Laborales
de 1976, de forma que hasta esa fecha era
necesaria la autorización marital en los actos jurídicos o económicos. De ello tenía constancia antes
de entrar a la Universidad, aunque no era consciente de la transcendencia de
tal hecho.
¿Participaste en los movimientos
estudiantiles?
Pese a lo crítica que siempre he
sido, en mi familia había un temor
especial hacia la represión franquista. De hecho desde pequeña recuerdo la mirada de un retrato de un
familiar de mi padre, al que mataron con el famoso "paseillo".
Historias de ese tipo había en todas las familias, pero a nosotros nos
impresionaba bastante. De hecho hay una
carta , que guardan mis hermanas escrita a mi padre unas horas antes de morir,
cuando ya sabía que lo iban a matar.
Es por ello por lo que mi familia se
encargó de advertirme de que huyera de
las huelgas y manifestaciones. Aún así alguna que otra cayó.
Recuerdo que en el año 76 hubo una revuelta muy importante entre los estudiantes,
cuando mataron a Bartolomé García Lorenzo en Somosierra , un
joven estudiante de 21 años, militante del MPAIAC. Seis policías, de paisano, que al parecer,
según contaba la gente se colocaron de
dos en dos en la escalera de la casa del chico, lo cosieron a balazos (hablaban de 30 impactos de bala) cuando
abrió la puerta. Aún así tardó dos días en morir. La gente se mostraba indignada por la
extralimitación de fuerzas que había hecho la policía.
También me viene a la memoria un día en
el que las revueltas estudiantiles hicieron que la policía nos impidiera incluso el acceso a nuestra casa (vivíamos
enfrente de la policía de La Laguna) . Mi
hermano protestaba frente a los policías que no atendían a razones y
encarándose con uno de ellos le dijo que le disparara si tenía valor. Fue
un momento de máxima tensión, porque fácilmente el policía armado podría haberlo hecho con toda impunidad, todavía en aquella
época. Al final nos dejaron pasar.
¿Cómo viviste el día en que murió Franco?
Yo
estaba en el Instituto, en Tenerife, tenía quince años. Y sorprendentemente
en Canarias, aquel día había escarcha en
las aceras, de una pequeña granizada que hubo ese día. Como mi padre había
sufrido en su familia la represión franquista, para mí, la noticia supuso una liberación y la esperanza de que mi mundo
cambiara a partir de ese momento. En general la sensación de todos los
chicos de mi clase es que terminaba una etapa y se abría otra con mayores
esperanzas de libertad y de futuro.
Desgraciadamente no cumplí los 18 años a
tiempo para votar en las primeras elecciones
que tuvieron lugar en el año 77, pero si lo hice en las siguiente
legislatura.
Recuerdo,
sin embargo, la euforia de la gente, y la simpatía que desprendían muchas
amigas de mi madre por Suárez, que finalmente ganaría las elecciones. Mi madre por el contrario, adoraba a Felipe González, solía decir "Felipe manque pierda" emulando a la
frase del Betis. No sé si por
convencimiento o para fastidiar a mi
madre, mi padre votaba a Carrillo , aunque el siempre decía que era
anarquista. Lo que si se, es que la muerte
de Franco en mi entorno no fue una mala noticia.